De cara a la reivindicación de sus legítimos derechos los movimientos de mujeres también plantaron su bandera en el mundo laboral. A tal punto se extiende el fenómeno que la Organización Internacional del Trabajo(OIT) abordó el tema y puntualizó que la Argentina puede superar las diferencias de género en ese universo.
La especialista en mercados de trabajo inclusivos de OIT Argentina, Elva López Mourelo, expresó que "las oportunidades laborales para las mujeres son más acotadas que aquellas que disfrutan los varones. Especialmente en las mujeres de hogares con ingresos más bajos".
La urgencia de evolución va más allá de "cupos" o metas "aspiracionales" precepto que el Gobierno de Cambiemos articuló como moda en el país. En efecto, la OIT sostuvo que "la participación en el empleo, la segregación ocupacional, la brecha salarial, y el acceso a puestos jerárquicos marcan desequilibrio". Sobre datos y opinión ese estamento subrayó que la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), revela que solo 5 de cada 10 mujeres argentinas participan de la fuerza laboral, una cifra que contrasta con el 70% en el caso de los varones.
"Además a las mujeres argentinas les resulta más difícil conseguir empleo" consideró la OIT para un escenario donde impacta la crisis económica y por ende laboral que se detonó desde 2016 y el año pasado alcanzó registros catástrofe de pérdida de empleo registrado, superando un total de 190.000 cesantías de labor en blanco.
El empleo no registrado penaliza en mayor medida a las mujeres
El incremento de la incorporación de mujeres al empleo formal, debe considerar que un altísimo porcentaje de ellas desarrolla además tareas en su hogar. En rango de desventaja de género se acota que el 44% de las mujeres en edad de trabajar están ocupadas, frente al 64% de los varones, "no siempre contar con empleo garantiza condiciones de vida decentes. La contracara es la informalidad y la precarización", alertó el informe. Potencian tal coyuntura los últimos registros inflacionarios, vía Indec, donde se precisó que una familia tipo necesita de un ingreso de $70.000 para sobrevivir, por ende en alto porcentaje de hogares la mujer está obligada a buscar un empleo en condiciones de arrasadora desventaja.
Empleo en negro
La tasa de empleo no registrado es significativa entre mujeres y varones, y las penaliza a ellas en mayor medida. Las mujeres llegaron al 37%, mientras que la tasa de los varones se ubicó 5 puntos por debajo en 32%. Pedro Américo Furtado de Oliveira, director de OIT Argentina consideró que nuestro país ya dio muestras de estar comprometido con este desafío y existen algunos avances en materia legislativa, como la ley de paridad salarial y la licencia por paternidad, "pero aún hay mucho por hacer". Para López Mourelo, "estas mujeres se desempeñan en ocupaciones precarias, vinculadas a la posibilidad de conciliar el trabajo fuera y dentro del hogar que se caracterizan por arreglos laborales flexibles frecuentemente dentro de la informalidad". A su vez, persisten una serie de estereotipos de género que establecen roles, habilidades y conocimientos diferenciados para varones y mujeres, que limitan el abanico de oportunidades laborales accesibles a las mujeres.
De este modo, las mujeres se desempeñan principalmente en actividades que son consideradas una extensión de aquellas tareas socialmente atribuidas a las mujeres. Como resultado, se observa que la educación y los servicios de salud son las actividades con más presencia de mujeres de hogares con ingresos medios, mientras que el trabajo doméstico constituye la inserción laboral más común en el caso de mujeres procedentes de contextos de menores ingresos. Al mismo tiempo, la división por ocupación está acompañada de un sesgo que permite que persistan amplias brechas salariales, así como una menor presencia femenina en cargos de dirección o gerenciales. De este modo, se produce una segmentación horizontal (entre sectores de actividad), que se combina con una segmentación vertical (a lo largo de la línea jerárquica) dibujando así la desfavorable trayectoria laboral de las mujeres. Las diferencias impuestas por la sociedad entre mujeres y varones a lo largo de la trayectoria laboral también tienen su impacto después de la edad de trabajar. Al momento de acceder a la pensión por jubilación, la tasa de cobertura previsional es 88,4% para ellas y del 91,5% para ellos.